martes, 24 de marzo de 2009

La Vuelta

Retornamos al fin, con nuevos aires y esperando que no haya sido una espera muy larga. En verdad ha sido complicado en este último mes y medio poder publicar, por falta de tiempo y también de ganas, pero nuevamente, volvemos al ruedo, con un nuevo cuento, de los varios que hay para postear. En principio disfruten este, y esperemos poder publicar con mayor continuidad:

La Culpa

El teléfono sonó y entendí que ese mensaje no era uno más. Era un mensaje inesperado.
Antes de mi encuentro con aquella persona, que supo tomar mi corazón durante buena parte de mi vida, sabía que había que estar preparado para afrontar todo lo que me dijera sin importar los daños del pasado. Así pues, estaba listo para reencontrarme con ella.
El tiempo había pasado y al verla llegar desde la calle peatonal, lindera al rio, no pude evitar volver a recordar un tiempo no muy lejano, en el cual podía sentirla como parte de mi vida. Los recuerdos se sucedieron uno a otro: las tardes en el río, las comidas familiares, las salidas con amigos, los celos por parte de ella, los reclamos. Todo se me vino a mi mente, rápidamente, sin poder dejar de recordar sus detalles, su cabellera ondulada, su silueta casi perfecta, sus ojos color ámbar….
El presente me devolvió a la realidad y al saludarla la note, con mas reserva que la ultima vez que la había visto, como queriéndome ocultar algo.
La note abatida. No era novedad para ella, que yo ya había rehecho mi vida y estaba en pareja, con una nueva mujer y esperaba que para ella, fuera igual por lo que me lleve una sorpresa enorme al saber que esa mujer, a la cual había querido durante mucho tiempo, estaba esperando un bebe mío, fruto del último momento de pasión que tuvimos juntos.
Me expreso su tristeza, por saber que ya no me tenía a su lado y a mí me invadió una sensación ambigua, ya que mi pasado, el cual pensé que había sepultado, se empeñaba en querer volver a mi vida y francamente no estaba con deseos de volver a tener las sensaciones que pase con esa chica.
Al comprender la situación le dije, que no quería saber nada de su vida. Que suficiente daño me había provocado en su momento e increíblemente la saque de mi vida, sin un mínimo rastro de compasión.
Es el día de hoy, que la culpa no me deja vivir conmigo. Aparte de mi vida a quien fue el amor más grande que tuve y lo peor de todo, es que no tuve la posibilidad o acaso el valor para decírselo…