martes, 16 de diciembre de 2008

Cuentitos.... Volumen 4 "El Mensaje"

Buenas noches, luego de un período de salidor y de conocedor de bandas, pasando por el informe acerca de los tipos de adicciónes ( y con una posterior nota en la pagina www.salsipuedes-salsipuedes.blogspot.com), no tenemos más que palabras de agradecimiento, por la difusíón que de a poco se va dando del blog. Esperemos que el 2009, sea mucho más reconocido este sitio y el de nuestros conocidos. Sin más preambulos vuelven las historias con moralejas y para dejar a todos conformes, es cortito.

En el elegante recinto de los tribunales de San Isidro se estaba llevando a cabo, el juicio por el asesinato de Luís Martíni, uno de los empresarios más importantes de la Argentina.
El principal acusado era el hijo de Martíni, Tomas, quien había sido señalado como el autor material de dicho crimen.
Con el transcurso de las jornadas del juicio, la coartada de Tomas acerca de donde había estado la noche del asesinato era sólida. Según sus palabras se reunieron con sus amigos en un restaurante e incluso casi todos ellos ratificaron la declaración de Tomas, pero faltaba el mejor amigo de él, Nicolás Tello.
El fiscal se acerco al testigo y con rapidez comenzó con su batería de preguntas, a las cuales Nicolás respondía con cierto aire soberbio.
Pasados diez minutos de interrogatorio, el fiscal no parecía encontrar nada distinto de lo que habían declarado los amigos de Tomas previamente. Hasta que le preguntó acerca de a que hora el se marchó y en ese instante fue cuando Nicolás perdió cierta seguridad, porque respondió con titubeos que se quedo hasta el final de la noche.
El fiscal arremetió afirmando que tenía la prueba en la que constaba la mentira en la declaración de él. Un mensaje de texto enviado a su ex novia, que decía que a eso de las doce menos cuarto, aproximadamente, estaba yendo para su casa y que era Tomas, quien lo estaba llevando hacia allá, ya que él tenía que ir a su casa urgente.
En la sala se respiraba un aire espeso. El fiscal había conseguido lo que quería, quebrar a alguno de los testigos de aquella mentira, e insistió en su ataque hacia Nicolás.
- Entonces según parece, usted también se encontraba en aquel restaurante y se quedo hasta tarde junto a Tomas.
- Oh sí. Sí estuve.
- Un momento disculpe. Si me permite decirle algo sin que se ofenda… es usted joven y los jóvenes suelen sentirse confundidos cuando se trata de lealtades. ¿Estoy en lo cierto?
Desconcertado, Nicolás asintió.
- Su obligación es muy sencilla. Solo tiene que decirnos la verdad. ¿Lo hará?
En ese momento Nicolás explotó en llanto y confesó que todo era una gran mentira. Que él fue llevado por Tomas a la casa de su ex novia y que el mismo le dijo que estaba apurado, porque tenía que hablar con su papá. Tomas lo miró con gesto serio, con un odio que salía por adentro de su cuerpo; El que hasta ese día fue su mejor amigo no pudo sostener esa mentira y todo por un mensaje de texto.